He vuelto hoy de vacaciones y estoy intentando ponerme al día, no tanto con los acontecimientos dolorosos: huracanes, manifestaciones, atentados (que han sido especialmente duros en la ciudad donde vivo) sino con las novedades tecnológicas. Y el doxxing ha sido un concepto que ha llegado a mis oídos recientemente. Proviene de la palabra dox, que es la abreviatura de documentos, y supone utilizar la red para investigar, descubrir y divulgar datos personales de un usuario. Nació bajo el ala del malware y se ha utilizado para identificar personas en varias ocasiones, como los atentados del maratón de Boston y ahora las manifestaciones de Charlottsville, y sobre todo es una herramienta muy usada por los activistas Anonymus.
Ha sido siempre una práctica controvertida por sus consecuencias a veces desastrosas, puede atentar a la privacidad y conllevar todo tipo de represalias. Pero dentro de poco no tendremos que preocuparnos por ello ya que las nuevas herramientas de reconocimiento facial, biométricas y big-data nos den la respuesta de manera inmediata y sin tener que recurrir a la colaboración social. Big brother 🔝