LinkedIn, propiedad de Microsoft, era la última red social que aguantaba en China, y también ya la ha abandonado. Dejará una aplicación que se llamará «InJobs»que eliminará toda el componente social, el cual no terminaba de encajar por razones culturales, de censura o de control del individuo.
Esta marcha tampoco sorprende tanto. Ya lo hicieron en 2009 Facebook y Twitter, en 2010 Google, y hace poco Clubhouse. No pudieron soportar las particularidades del mercado Chino, que es muy complicado por las restricciones, las rebuscadas reglas de juego y la copia por parte de competidores locales. A todo esto hay que añadir la más reciente campaña anti-big-tech a empresas tecnológicas chinas y extranjeras.
La población es la que sale perdiendo porque era una fuente de acceso a practicas o estudios en el extranjero; que no aporta el proveedor-copia local. Y que sufre una Internet fuertemente controlada de un país que se aleja cada vez más del resto del mundo.
Hablando en plata, Microsoft no se va porque China no sea una democracia, se va porque tenía perdida la batalla y encima tenía que defenderse de las críticas por la censura.