Última semana antes de cerrar el chiringüito durante el mes de agosto, que no sé si nos iremos muy lejos o nos quedaremos muy cerca, o cómo será la improvisación, porque los tiempos corren así, como las aguas, revueltos.
Y no solo están los tiempos revueltos por temas COVID, sino por factores añadidos, al menos para el 10% de la población. Aunque el verano está asociado con una época de felicidad generalizada por el buen tiempo y las vacaciones. Sin embargo, para algunas personas los meses de calor son sinónimo de ansiedad, irritabilidad y nerviosismo. El Trastorno Afectivo Estacional (TAE), es una depresión temporal que surge a raíz del cambio de estación. Aunque suele afectar más en la época de frío hay quienes, para incomprensión del resto de los mortales, sienten cómo las largas horas de sol trastocan su reloj biológico haciendo decaer su ánimo hasta que llega el otoño.
Y para terminar de arreglarlo también nos hemos enterado de cómo el uso de filtros en redes sociales, además de funcionar como publicidad engañosa de ciertos productos, ha abierto la puerta a la dismorfia corporal, la distorsión de la propia imagen, sobre todo en un público joven y femenino.
Por ahora a disfrutar del momento y ya veremos qué nos depara el otoño!