Hay una canción que ya me tenía enamorada hace una temporada, pero la semana pasada en las finales de beisbol de Estados Unidos, llegó a ser el himno que todos los fans de los Washington Nationals cantaban y coreografiaban. Todo empezó con el jugador Gerardo Parra y la inspiración que le vino con su hija de 2 años. El éxito de BabyShark (ah! Sí todavía no había dicho el nombre de la canción!) puede ser debido a que es una de esas canciones repetitivas que se enganchan en el cerebro.
No creo que Kim Min-seok pensara cuando la escribió que llegaría a los 3.800 millones de visitas en YouTube, se incluyera en el Billboard Hot 100, además de que los ingresos de su start-up aumentaran aproximadamente un 47% hasta los 40.000 millones de wones (343 millones de dólares). Si quieres leer un poco más de la historia y versiones de la canción (KPop incluído), así como de las cifras de beneficios, clicka aquí. Porque la cosa llega hasta películas, merchandising, retos virales (#BabySharkChallenge) e incluso conciertos.
BabyShark sería el continuador de otro famoso y exitoso coreano: el Gangam Style de Psy del 2012, que ya supera los 3.000 millones de visualizaciones. Baby Shark, va por los 2.000. Será que coreanos lo saben hacer mejor? 😉
Baby shark, doo doo doo