Nuestras rutinas diarias han cambiado en esta cuarentena. Aunque hay cosas que se mantienen, como es ir con la lengua fuera antes y ahora; antes corriendo de un lado a otro y ahora haciendo encaje de bolillos para rendir en casa y no procastinar todo el día. Hay un estudio de diseño del País Vasco que está elaborando un diario visual de la cuarentena que me ha encantado:
Para mí al ser freelance y trabajar normalmente ya en casa antes de la cuarentena, no he tenido que adaptar mi espacio físico, ni las herramientas digitales; pero el espacio mental y las rutinas sí que han cambiado. Hay más aspectos a compatibilizar y otras maneras de hacer las cosas. Tengo más interrupciones durante el día y al igual que en el gráfico que os muestro, parece que los días se han alargado, con una pausa mayor para la familia al mediodía.
Y no solo nosotros como individuos cambiamos, sino la sociedad en su conjunto también.
Los hábitos de los consumidores van cambiando, por ejemplo ahora el prime time de compras on-line ya no es de 6 de la tarde a 10 de la noche como solía ser antes del confinamiento, ahora la nueva franja horaria de compras es de 9 de la mañana a 3 de la tarde.
Como comenté ya el otro día, independientemente de la edad nos hemos convertido en expertos en herramientas de videoconferencia, como Zoom, Jitsi, … Consumidores de cursos on-line y clases de gimnasia vía Instagram o Zoom.
Otro cambio “interesante” ha sido cómo el número de tiempo y la cantidad de personas conectados a redes es inversamente proporcional a lo que nos ven nuestros seguidores. Las cifras de visibilidad, ya no solo en Facebook, sino ahora también en el resto de redes han bajado, dicen que el algoritmo se ha reducido de un mísero 1%, si no pagas…

Bill Murray es un meteorólogo frustrado que visita el pequeño pueblo de Pensilvania, cada 2 de febrero para retransmitir el comportamiento de una marmota que determina cuánto tiempo queda hasta que termine el invierno. Esta tradición local se conoce como el Día de la Marmota. Lo que no se imagina es que deberá pasar la noche en el pueblo debido a una tormenta de nieve y, a la mañana siguiente, volverá a vivir el mismo día, y así cada día…
El primer momento real de la cuarentena, fue el de papel higiénico, o de cubrir las necesidades básicas, un pensamiento emocional y poco racional, y con un gran componente de imitación.
