Después de 5 semanas en casa, nos sentimos un poco como aquella película con Bill Murray, en la que se encuentra atrapado en el tiempo y allí es dónde por primera vez los no-americanos escuchamos hablar del Día de la Marmota.
Bill Murray es un meteorólogo frustrado que visita el pequeño pueblo de Pensilvania, cada 2 de febrero para retransmitir el comportamiento de una marmota que determina cuánto tiempo queda hasta que termine el invierno. Esta tradición local se conoce como el Día de la Marmota. Lo que no se imagina es que deberá pasar la noche en el pueblo debido a una tormenta de nieve y, a la mañana siguiente, volverá a vivir el mismo día, y así cada día…
Desde el punto de vista de nuestros negocios, y ante el momento que nos encontramos, no podemos levantarnos cada día y que se repita la misma historia. En este momento es cuando se ve qué personas tienen las aptitudes para, no solo sobrevivir sino también, para reinventarse. Aunque el camino hacia los resultados no es totalmente lineal, no es un resultado garantizado, causa-efecto, hay que saber experimentar y reajustarse a los cambios.
«Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca sino en haberse levantado después de cada caída». Confucio
PD: Sí, estoy en una fase motivacional 😉