La semana pasada estaba de moda el Fappening (no entraré en detalles del por qué de este nombre!) o filtración de fotografías íntimas mayoritariamente de famosas a 4Chan y desde ahí efecto polvorín a los medios sociales. Lo curioso es que no ha sido un fallo en los sistemas de seguridad de Apple y su iCloud (sí, la mayoría tenían iPhone!) sino que ha sido gracias a la ingeniería social.
No tomo parte en la discusión de si la culpa es de los famosos por subir este tipo de material a la nube o de Apple. Ni tampoco en cómo se verá afectada la imagen de marca de Apple, dado su gran uso del efecto celebrity. Lo que me ha maravillado es el cómo: ingeniería social, término que escucho por primera vez.
Todos usamos contraseñas tan originales como nuestro nombre seguido del año de nacimiento o la fecha de nacimiento de nuestros hijos, o combinaciones de este tipo de datos. Si no logras entrar directamente, hackeas la cuenta Gmail del famoso, pones que has olvidado la contraseña, contestas a ¿En qué año naciste? ¿Cómo se llama tu mascota? ¿El nombre de tu colegio? gracias a Wikipedia et voilà. Ingeniería artificial o más bien sentido común??? Moraleja: que al menos las contraseñas en las distintas redes sean diferentes, no usemos la misma para todo!