Desde hace un par de años Whatsapp nos acompaña en nuestro día a día, nos ayuda a resolver dudas rápidamente, genera menos mails y menos llamadas; pero tiene algunos inconvenientes en forma de patrones de comportamiento compulsivos, dependientes e hiper-conectados. Quién no ha interrumpido un trabajo para contestar un Whatsapp? O quién alguna vez no va por la calle andando con el móvil en la mano? (por cierto, esto lo han ilegalizado en un pueblo de Estados Unidos). Y no estamos hablando de adolescentes, geaks o personas muy dependientes, sino del ciudadano de a pie.
Hace unos meses circulaba por las redes sociales un video de una pareja donde el punto de conflicto era el mito doble-check. Es una caricatura y como tal, juega con el exceso, pero es un reflejo de que creemos más lo que circula en las redes sociales que al mundo real!
La cultura de lo inmediato o la dependencia 2.0
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