Cada vez trabajamos más, a mayor ritmo y con menos espacios de desconexión. Una situación que coloca a los teletrabajadores, disponibles a golpe de click, en un entorno de especial vulnerabilidad. Trabajar a ritmo de Whatsapp a deshoras, se ha convertido en un clásico, al que se puede decir que no, evidentemente, pero a partir de la pandemia y tal y como está el panorama laboral, ¿quiénes el que se atreve?
La digitalización y la intensificación del trabajo se traduce en un aumento de estrés, ansiedad y otros problemas de salud. Reino Unido, dice que la mitad de sus bajas laborales se deben al estrés. En España, la cifra es del 30%.
El derecho a la desconexión se reguló por primera vez en 2018, pero aún no está implantado en la mayoría de empresas, lo que se hace especialmente necesario en estos momentos en los que millones de personas trabajan desde casa y, principalmente, a través de dispositivos digitales, en muchos casos, particulares.
Se está pidiendo una ley del trabajo y de la desconexión digital; que el derecho a desconectar se trate en la agenda política y se apliquen sanciones a los empleadores que no lo respeten.
May the 4th be with you! 😀