Estaba leyendo un artículo muy interesante escrito por el amigo de un amigo con un título de lo más sexy Beware the rise of the digital oligarchy. Donde defiende mejores modelos de propiedad de los datos y una necesidad de una mejor comprensión de cómo nuestros datos están siendo utilizados y cómo es probable que se utilicen en el futuro. Hay oportunidades y riesgos con la acumulación de datos, al igual que existen para la acumulación de capital. Sin embargo, una cosa parece clara: tenemos que aumentar nuestro poder sobre los mismos como personas (y autores de los mismos). Tenemos que ser conscientes del valor de nuestros datos y controlar quién accede a ellos. Necesitamos formar una data-democracia: el gobierno de datos para el pueblo, por el pueblo y con el consentimiento del pueblo.
Este concepto de la data-democracia me ha parecido fascinante, pero la frase que realmente me ha cautivado es la que dice: Nuestras almas digitales pueden no ser inmortales, pero sin duda nos pueden sobrevivir. Nunca hubiera pensando que la forma de perpetuación fuera digital, atrás quedan aquellos clasicismos, como la reencarnación, los hijos, las obras…